Detox financiero.

Así como nuestro cuerpo necesita una desintoxicación para sentirse mejor, nuestras finanzas también requieren depuración y ajustes para un funcionamiento óptimo y el bienestar a largo plazo.

Como si fuera una dieta alimenticia, debemos cuidar los alimentos que consumimos, en cantidad y en calidad, en este détox financiero, el enfoque será principalmente, en los gastos; la idea es identificar para deshacernos de los que no son necesarios. Por supuesto que, como cualquier plan de restricción, no será fácil al inicio y seguramente, te pasará por la mente abortar la misión y seguir gastando igual, pero piensa en los beneficios:

  • Ahorrar dinero. Cuando haces la revisión de los gastos y logras eliminar los que no son necesarios, ese dinero se va directo al ahorro para cumplir tus metas a corto, mediano y largo plazo.
  • Pagar deudas: al ajustar tus hábitos de gasto y de consumo, te quedará más dinero para liquidar más rápido tus deudas.
  • Mejorar de tu puntaje crediticio: al reducir la deuda, tus opciones de crédito van a mejorar, pues un buen historial de pago siempre hablará bien de ti.
  • Reducir el estrés: cuando las finanzas están en orden, la ansiedad se reduce, lo cual aporta a tu vida más tranquilidad y tenemos la serenidad para tomar mejores decisiones.

¿Cómo hacer el détox financiero?

Identifica tus gastos diarios: comienza tomando nota de tus compras, identifica los productos y/o servicios de lo que puedas prescindir, la primera semana elimina uno de tu lista, en la siguiente semana otro.  La idea es dejar gastar en cosas que no sea una necesidad, dejando solo lo prioritario.

Guarda las tarjetas de crédito: solo por el mes de desintoxicación, paga todo en efectivo. Psicológicamente, gastamos más cuando usamos la tarjeta que cuando pagamos en efectivo, notar que el dinero se ve menos en nuestra cartera te hará pensar dos veces tu siguiente gasto. Eventualmente, podrás retomar el uso del crédito, pero esta vez a tu favor.

Prepara tu gasto semanal: con el apoyo de un presupuesto, define la cantidad de efectivo para cubrir tus gastos y dispón solo de ese dinero para gastar.

Aumenta tu ahorro, en la medida que vayas disminuyendo el gasto, aumenta el ahorro. Ten una alcancía y guarda en ella el excedente de efectivo; así podrás notar el resultado de tu esfuerzo, posteriormente podrás automatizarlo.

Planea tus compras del súper: Antes de salir de compras, revisas tu alacena y refrigerador. Parece obvio, pero, muchas personas hacen la compra confiando en su buena memoria y en los antojos del momento. Lleva la lista de los productos que te hacen falta y que sí va a aprovechar.  

Tener tus finanzas en orden puede ayudar a reducir el estrés, mejorar su desempeño laboral e incluso podría mejorar su salud. Tu bolsillo y tu tranquilidad te lo agradecerán.

Judith Chávez

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