Desde niños nos “meten la idea” de que contar con una casa propia es la máxima para realización en la vida (sobre todo a los hombres): “ya estás en edad de tener una casa”, “ahorra tu dinerito para comprar casa y cuando te cases ya tengas en donde vivir”, “es mejor que tengas un techo donde dormir y que no tengas que comer, cómo sea sales adelante con la comida, pero si no pagas la renta te van a correr, mejor tener un techo dónde dormir tranquilo”. ¿Cuántas más frases motivadoras recuerdas?
Sin duda estamos programados para invertir en cosas que nos dan seguridad, eso está bien, sin embargo, lo mejor es invertir para generar, además de seguridad, también riqueza. El chiste es cambiar el enfoque y pensar en adquirir inmuebles que nos generen ingresos, dejando de lado la parte sentimental y pensar en la riqueza que nos pueden generar. Un buen comienzo puede ser el de cambiar la clasificación que conocemos de los inmuebles, verlos desde el punto de vista de su rentabilidad y no de su utilidad.
Un inmueble productivo son los que nos generan una rentabilidad mayor al 7% anual, ganan plusvalía, los tenemos ocupados la mayor parte del tiempo generando ingresos pasivos. Tienen la característica de venderse fácilmente a un precio excelente. ¡sabes que no le vas a perder! En cambio, los inmuebles no productivos, no crecen, no ganan plusvalía, se están deteriorando por la falta de uso, no los puedes rentar por la zona en que se encuentran, por las condiciones del terreno o de la propia construcción.
Ahora, ¿Qué pasa con la casa que habitas? Si el inmueble está en una zona que gana plusvalía año con año, porque la zona es atractiva por los servicios que hay alrededor, por sus vialidades y por (va a sonar sangrón) ¡sus vecinos! Sabes que a largo plazo esa casa que estás ahora habitando, te va a generar una ganancia, siempre y cuando dejes de verla desde la parte sentimental. Por el contrario, si habitas un inmueble en el que no hay mejoras en el entorno, los vecinos son peculiares, el crecimiento residencial está estancado o no fue tal y como lo esperabas, la renta en la zona es barata y existe una sobreoferta de inmuebles pues lo mejor es deshacerte de la propiedad que, lejos de crear riqueza, se convierte en una especie de “letra muerta» en tu patrimonio.
La cosa es entender que el valor de los inmuebles se mide por la productividad que tienen y con base en eso tomar decisiones. Cada quien tiene su nivel de riqueza, pero nunca está mal ganar más dinero. ¿No lo crees?