Judith Chávez
Nadie nos enseño a usar el dinero, tampoco a establecer metas, gestionar nuestras emociones, diseñar nuestra vida y lo que hacemos pensando que esta bien, lo aprendimos dando tropiezos. Sin embargo, muy pocas veces dedicamos tiempo para revisar como podemos mejorar y sostener en el tiempo las buenas prácticas, mucho menos tenemos la gana de revisarnos cuando sabemos que lo estamos haciendo de “re-mal.”
La realidad es que, al evaluar tus finanzas personas, podemos identificar las áreas en las que requerimos mejorar, como ahorrar más dinero, reducir la deuda o invertir mejor.
Una vez evaluado, podrás fácilmente planificar tu siguiente paso y establecer objetivos financieros para el futuro.
¿Quieres hacer tu evaluación, pero no sabes por donde comenzar? A continuación, te dejo algunas preguntas que, al responderlas te darán un primer diagnóstico, responde sí o no:
- Conozco mi patrón de consumo.
- Tengo al día mi presupuesto.
- Tengo el control de mis dudas.
- Evito el gasto hormiga.
- Tengo objetivos claros y precisos.
- Yo tengo un fondo de emergencia.
- Las pólizas de seguro están al corriente.
- Tengo una ruta de inversión.
- Aporto voluntariamente a mi Afore.
Si la mayoría de las respuestas fueron afirmativas ¡felicitaciones! tu situación económica está en control. Si por el contrario fueron mucho más tus “NO”, es el momento que diseñes la estrategia que te haga corregir el rumbo de tu dinero. Recuerda que El Chiste del Dinero es conseguir el equilibrio entre el dinero que ganamos y lo que gastamos para no terminar en número rojos.
¡No estás solo!
En México, según lo publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en la Encuesta de Inclusión Financiera 2021, 47.4 % de las personas ‘mantienen una revisión detallada del manejo de su dinero’. Al preguntarles si ‘el dinero está para gastarse’, 42.3 % estuvo de acuerdo. El 40.6% de las personas encuestadas dijo que suele pensar en el presente sin preocuparse por el futuro.
Estos resultados de la encuesta realizada a una población entre 18 y 70 años, permiten inferir que las finanzas personales terminan siendo un tema de azar y no de planificación del futuro financiero.