Tal vez no te guste mucho la tarea, sin embargo, es necesario que realices tu balance general personal, solo así podrás conocer el indicador de tu bienestar financiero. Se trata de que identifiques las posesiones con las que estás generando nuevos ingresos (activos) y las posesiones que te están generando nuevos gastos (pasivos).
Si bien lo he dicho antes, el balance personal varía de un individuo a otro, sin embargo, si puede estar correlacionado con la etapa de vida en que nos encontramos. Todos pasamos por la etapa de vida donde nuestros padres nos proveen el sustento y cumplan nuestros gustos, dependemos de ellos para nuestra manutención, al final de nuestra vida, ese recurso, generalmente, lo recibimos del estado a través de una pensión. Sin embargo, en el inter, nuestras finanzas personales van cumpliendo un ciclo de vida y cada ciclo tiene sus propias características:
De 0 a 25 años: Hijo de Familia (manutención familiar).
Aquí, estamos justo en el momento clave para la preparación de nuestra vida financiera, y la de nuestros padres, pues sí ellos cuentan con una educación financiera adecuada, están preparados para asegurarnos una formación profesional a través de las becas educativas.
Ahora, como hijo, los ingresos en esta etapa, son inestables y esporádicos. Básicamente provienen del apoyo de los padres, en algunos casos, llegan a través de una beca escolar o de gobierno. (Gobiernos que regalan dinero)
Si hacemos el balance en esta etapa, tal vez nos arroje un patrimonio nulo, la acumulación de ahorro es poco frecuente y los pasivos suelen ser un problema sí comenzaste a utilizar la tarjeta de crédito como medio de pago y no eres totalero.
De 25 a 45 años: Formación de tu propia familia.
Etapa productiva del ciclo financiero, relacionado a la construcción de nuestra propia familia. Nuestros ingresos son más constantes, obtenidos por medio del trabajo, aunque en un principio pueden ser bajos, van incrementando conforme te vas profesionalizando.
Si hacemos el balance en esta etapa, tal vez encontremos un alto nivel de deuda, pues comenzamos con la construcción de nuestro patrimonio a través de la deuda (casa, coche familiar) y nuestro ingreso va destinado al sustento de nuestros hijos.
De 45 a 65 años: Estabilidad económica (madurez financiera).
La última etapa de la vida productiva, aquí, en teoría, alcanzaste un tope en tu remuneración o ingreso laboral (se supone que te has vuelto un experto en tu profesión y deberías cobrar como tal).
Tus ingresos deben tener mayor estabilidad y una acumulación positiva de tu patrimonio. En algunas circunstancias esta etapa se convierte en un mayor ingreso económico, pero, en términos generales, se produce una disminución del endeudamiento por la acumulación de deuda de la etapa anterior.
A partir de los 65: Vives de tus rentas y de tus ahorros.
Esta última etapa corresponde al final de tu ciclo productivo. Tus ingresos son el resultado de tu trabajo, del patrimonio positivo, el cual construiste a lo largo de tu vida, el resultado de tus decisiones de ahorro y de inversión.
Si logras verte en esta etapa, disfrutando de una vejez en tranquilidad y con solvencia financiera, será necesario que, desde ahora, comiences a realizar los ajustes en la administración de tu dinero.
Finalmente, revisar nuestro avance financiero, es un ejercicio útil para evaluar el avance del cumplimiento de nuestras metas financieras, las cuales estan alineadas a nuestro proyecto de vida personal que, en casi todos los casos, pretenden encontrar la tranquilidad que nos produce el no tener problemas de dinero, en cualquier etapa de nuestra vida. !Ese es el chiste!
Judith Chávez.