El ahorro es el resultado de tener finanzas personales sanas. Cuando te educas financieramente, (al menos en un nivel básico) sabes qué contar con una reserva de dinero, te ofrece la posibilidad de hacer realidad algún sueño, de lograr un anhelo, cumplirte algún gusto o bien, para cubrir tus necesidades básicas (salud, vivienda, etc.)
Sin embargo, adquirir el hábito del ahorro no es una tarea sencilla para muchos, sobre todo para quienes han crecido en un entorno donde los ingresos son bajos y existe la arraigada creencia de que solo ahorra el que “gana mucho dinero”, que se «ahorra cuando sobre el dinero”. ¿Cuánto crees que puedes ahorrar pensando así? Ahorrar requiere de inteligencia emocional, de educación, de convicción, de constancia y de conocimientos.
Conforme vas aprendiendo sobre el buen uso del dinero -léase: cuando te educas financieramente– ahorrar, se hace casi de forma “orgánica”, pues te cae el veinte que hacerlo te beneficia a ti y a los tuyos, porque por lo general se ahorra para:
- Para atendernos cuando llega una enfermedad.
- Para la compra de electrodomésticos.
- Para tomar unas vacaciones.
- Comprar una casa (o para el pago inicial).
- Para la educación.
- Para dar regalos.
- Para invertir en negocios.
- Para hacer mejoras en la vivienda.
- Para un funeral.
La lista puede crecer según tus necesidades, gustos y nivel de vida. Sin importar tu capacidad de ahorro, existen 4 reglas de oro para lograr éxito en tu plan de ahorro:
Actúa con propósito. – Hazlo con un fin en mente, ponle nombre a tu ahorro: un seguro médico, la casa, el carro, la bolsa, la escuela. De de esta manera tu mente estará enfocada al logro de este propósito.
Planea para lograr tus metas.- Define el destino de tu dinero. El presupuesto es la herramienta más efectiva para hacer esta planeación. Necesitas saber con cuánto dinero cuentas para cumplir tu meta.
Sé constante para seguir el plan. – La constancia es la madre de muchos éxitos, y para que la herramienta del presupuesto sea exitosa debes ser constante en su aplicación.
Apóyate en las instituciones financieras.- ¡no guardes tu dinero debajo del colchón! Accede al ahorro formal, así tu dinero –mientras lo acumulas para invertir o gastar- estará asegurado y sobre todo alejado de la tentación de compras no previstas. (En caso de emergencia, debes de recurrir a tu fondo creado para eso: emergencias)
Generar, administrar y multiplicar el dinero ¡tiene su chiste! Estoy segura que si aplicas estas reglas básicas de ahorro, mejorarás tus finanzas personales.
Coach Judith Chávez
Coaching & Finanzas Personales.