Procrastinar. – Aplazar una obligación o un trabajo. Esta es la definición de este verbo que muchos hemos aplicado en más de una ocasión. Tratándose de finanzas personales, el hábito de la procrastinar es mucho más común y tan perjudicial como otros.
Ya sea porque estamos al borde del caos financiero o porque es necesario salir de la zona de confort para mejorar, atender nuestras finanzas personales debe ser una prioridad, sin embargo, nuestra mente lo percibe como algo tedioso, abrumador o trabajoso, lo que hace que sustituyamos las actividades importantes por otras más agradables, menos estresantes o más fáciles de realizar.
Llevar a cabo las actividades que ponen en orden nuestras finanzas personales representa para muchos un esfuerzo mayúsculo, pues no es agradable enfrentarse a la realidad de sus números, por lo que van postergando la tarea de hacer: el presupuesto, de revisar los gastos, de poner en marcha una idea para un nuevo proyecto; a nuestra mente le resulta incómodo, por eso prefiere evitar ese momento y se justifica con frases como: “no hay prisa”, “lo hago mañana”, “no es tan urgente”, “no pasa nada sí me espero un día más”.
Realiza rutinas que te ayuden a asegurar que tu objetivo se cumpla. A través de los buenos hábitos vamos forjando nuestro futuro. Recuerda que tú eres el único responsable de tu tranquilidad financiera. Nadie hará por ti lo que no hagas por ti mismo.
Coach Judith Chávez.
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