Hoy por hoy, conseguir hacerse de una tarjeta de crédito es relativamente fácil… para muchos. Sin embargo, el no estar lo suficientemente preparado para su manejo, puede resultar ser el principio de una vida complicada por la acumulación de deuda.
Sin embargo, tener una tarjeta de crédito en nuestra cartera, nos ofrece cierta flexibilidad financiera, especialmente en una emergencia. Podemos hacer reservaciones, comprar por internet y su buen uso nos puede respaldar para obtener un prestamo para una compra de mayor relevancia, en cuanto al costo. ¡PERO! A pesar de sus bondades, las tarjetas, si no aprendes a utilizarlas adecuadamente (¡y no me refiero a comprar… es re-fácil!) puedes adquirir una gran cantidad en deuda que, para liquidarla, puedes tardar años.
¡El chiste es que seas consciente que debes siempre pagar el saldo completo cada mes!
Adicionalmente debes saber que, si eres joven, serás presa fácil de los bancos. ¿Por qué? Porque una vez que te logran captar como usuario de las tarjetas de crédito, saben que seguramente serás un cliente por largo tiempo y que fácilmente agregarás más deuda a tu cuenta: credito hipotecario, el de tu coche..etc. Así que sí estás pensando en meterte al mundo del dinero en plástico, considera lo siguiente al momento de tomar tu decisión:
Flexibilidad. – Elije una tarjeta que sea flexible y útil, una que puedas utilizar en todos los establecimientos. Ejemplo: hay tiendas departamentales que te ofrecen el crédito para utilizarlo solo con ellos, el gancho es ofrecerte el 10% de descuento en tu primera compra. Lo mejor es que optes una tarjeta visa o master card, que son aceptadas en todos los establecimientos.
Tasa de interés. – Observa el Costo Anualizado Total (CAT) este interés puede resultar engañoso, pues hay tarjetas que cobran un interés diario, no mensual. Así que asegúrate que puedas cubrir el cobro anual que te hace el banco por usar su dinero. Pondera siempre la tasa más baja.
Cargos Anuales. – Algunos plásticos ofrecen reintegros en dinero, o millas para viajar, pero no creas que es gratis, tienen un cargo anual, así que no te confies en todo lo que te dicen, mejor asegúrate de leer bien el contrato que estas firmando, sobre todo las letras chiquitas.
Finalmente, una vez que obtengas la tarjeta de crédito (que es lo más fácil ¡lo dije antes!), la parte no tan fácil, es llevar el registro de los gastos que haces con el plástico, pagar las cuentas a tiempo y evitar los cargos extras. El “buen negocio” de tener una tarjeta de crédito es ser totalero, es decir, pagar el saldo total de la tarjeta cada mes, así tendrás el uso libre del dinero prestado por algunas semanas sin tener que pagar cargos por concepto de intereses ¡Chécate!.
Judith Chávez
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