PARÁMETRO DE POBREZA: TU AHORRO.

Judith Chávez.

De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social Nacional (CONEVAL), señala que la medición de la pobreza en México ha sido desarrollada desde una perspectiva unidimensional, utilizando al ingreso como una aproximación de bienestar económico de la población.

Para la definición, identificación y medición de la pobreza en México, se toman en consideración los siguientes indicadores:

  • Ingreso corriente per cápita;
  • Rezago educativo promedio en el hogar;
  • Acceso a los servicios de salud;
  • Acceso a la seguridad social;
  • Calidad y espacios de la vivienda;
  • Acceso a los servicios básicos en la vivienda;
  • Acceso a la alimentación;
  • Grado de cohesión social.
  • Grado de accesibilidad a carretera pavimentada.

Esta información, que es más de carácter social que económico, nos sirve únicamente como referencia para construir una definición distinta de la pobreza. Si revisas con detenimiento los indicadores que toma en cuenta el CONEVAL para medir la pobreza, y te detienes reflexionar sobre tu entorno, te darás cuenta que, mal que bien, tienes acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, que tus servicios básicos están cubiertos y que tu ingreso mensual te permite vivir sin carencias. Si hiciste “clic” en más de uno de los indicadores, entonces permíteme decirte que no tu eres pobre, que solo eres una persona que le falta educarse para manejar de manera óptima su dinero, es decir, desarrollar la inteligencia financiera.

Si bien, este entorno social desde donde se mide la pobreza, resulta adverso para quien aspire a una vida con mejores condiciones, para nada significa que no pueda lograrse una mejora, en el entendido de que el proceso no será fácil y que requerirá, además de un plan adecuado de los recursos, de un cambio profundo de mentalidad para convertir su aspiración en un proyecto de vida.

Las personas que nacen en la pobreza y logran alcanzar el éxito en su vida, saben que el problema no es nacer en condiciones de pobreza, el problema de fondo es que, habiendo sido un hijo de padres pobres, ese mismo niño al convertirse en adulto, siga viviendo en la misma pobreza.

Insisto en que la educación en las escuelas no prepara a nuestros hijos para ser empresarios, directivos o líderes; su propósito es otro, tal vez cumplir con un plan de estudios que sí es bien recibido por el niño, le dotará de habilidades y le permitirá desarrollar alguna que otra competencia. Sin embargo, ese niño seguirá viviendo en un entorno donde las carencias y las creencias matarán cualquier intención de prosperar.

Dejemos de lado la parte social y regresemos a las finanzas personales para construir una definición de pobreza, tomando como parámetro el muy poco utilizado hábito del ahorro. La definición quedaría más o menos así: “vive en situación de pobreza, todo aquel individuo que no tiene el hábito del ahorro, o que crea que no tiene lo suficiente puede ahorrar”. La persona que no ahorra, es pobre. (Dime cuanto ahorras y te diré que tan próspero eres). Entonces ¿cómo salir de la pobreza?

Cuando una persona comienza a educarse financieramente, logra adquirir un razonamiento que le ayuda a tomar mejores decisiones, adquiere conocimientos básicos sobre temas financieros y económicos; puede tomar decisiones adecuadas y, además se le facilita la resolución de problemas. Educarse le da la posibilidad de hacer una planeación financiera que le permita obtener, administrar y asignar sus recursos de forma eficiente.

Partamos del hecho que todos tenemos, no importa el entorno donde hayamos crecido, la capacidad del razonamiento, del entendimiento a nuevas ideas, de resolver problemas y de llevar a cabo una planeación. Todas esas capacidades, son perfectamente aplicables a los recursos financieros.

Todos somos capaces de entender que, antes de recibir nuestro dinero, debemos fijar una postura consciente de lo que debemos hacer con él ponderando el consumo inteligente para cubrir nuestros gastos básicos, las cuentas de seguridad y de ahorro. Al aprender, al ser conscientes de nuestras necesidades, al tener una meta determinada, o un objetivo, estaremos listos para llevar a cabo las acciones que nos permitan salir de un entorno adverso y/o limitante,

Gran parte de los resultados, en lo que sea que nos decidamos a hacer, en este caso ahorrar para prosperar, dependerá de nuestra educación, de la constancia, de la persistencia de pulir nuestros talentos y, sobre todo, mantener una motivación diaria para realizar cada una de las actividades que marque nuestro plan. Tener claro que estar mejor es una responsabilidad personal, que el entorno precario donde crecimos es solo una circunstancia que dependerá de nosotros mismos cambiarla.

Finalmente, considero que una persona es pobre, cuando carece de educación financiera, es la ignorancia la que nos hace tomar decisiones inadecuadas, pues casi siempre son tomadas dentro del dialogo interno, de un pensamiento limitante o bien, motivados por un sentimiento de carencia y de no merecimiento.

Cambiar tu forma de pensar, te hará caer en cuenta que el competidor está dentro de ti, que salir adelante es una carrera de resistencia, que los resultados de tu esfuerzo se verán a plazo largo. Comienza por tener muy claro cuál es tu propósito, ten plena seguridad de que lo puedes lograr. Deja de sentirte pobre y mejor comienza a ahorrar. ¡ese es el chiste!

Te invito a que me sigas en redes sociales, en todas me encuentras como Coach Judith Chávez. Visita mi página www.judithchavez.com Si te interesa mejorar tus finanzas personales agenda una cita al 3111502154.

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